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Entendiendo la adolescencia

¿Dudas sobre la adolescencia?

Cuando uno es padre, madre o encargado de un hijo adolescente, es probable que constantemente se tengan muchas dudas acerca de cómo asumir un rol activo en su desarrollo. En esta sección, colocamos información valiosa para ayudar a comprender, apoyar y mejorar la relación con las personas que están transitando por este período de la vida.

¿Qué es la adolescencia?

La adolescencia es una etapa del ciclo vital de la vida que inicia por los cambios puberales y abarca entre los 10 y 19 años aproximadamente. Entre sus principales características están la aparición de una serie de cambios, físicos, emocionales y sociales que fortalecen y preparan a las personas, para enfrentar las diferentes demandas cotidianas. Esta etapa, se caracteriza principalmente por la búsqueda de la identidad y una mayor independencia psicológica en comparación a la que se tenía en la niñez.

La definición de adolescencia también está marcada por factores culturales, legales, sociales e incluso de género. Por lo que es importante, tomar en cuenta que la descripción anterior; únicamente pretende ser un referente para entender las principales características de esta etapa

¿Por qué la adolescencia genera temor en los padres o madres?

A través de los años, la palabra adolescencia ha estado ligada a una serie de ideas sociales y culturales, acerca de lo que implica este momento del desarrollo. Es así como muchos adultos relacionan este momento de la vida con rebeldía, consumo de sustancias psicoactivas (drogas), relaciones sexuales, ausentismo escolar, en resumen; con problemas.

Es cierto que algunos padres y madres sienten frustración y preocupación, porque no tienen claridad de cómo asumir un rol en la educación y guía de sus hijos. La montaña rusa de emociones, que suelen vivir los adultos responsables de adolescentes, es entendible en la medida en que ante los cambios emocionales y sociales que experimentan sus hijos, los padres sienten que están perdiendo el control y la autoridad.

Afortunadamente, en la actualidad esta construcción social, errónea de lo que signifíca ser adolescente, ha venido variando hacia una nueva concepción que reconoce a los adolescentes como personas plenas (no incompletas); que están experimentando los cambios propios de esta etapa. Comprender que existen estrategias que ayudan a mejorar la relación con tus hijos adolescentes y que además favorecen su desarrollo integral, mejorará su relación personal y familiar.

 

¿Cómo ser un buen padre, madre o encargado de una persona adolescente?

El tipo de acompañamiento de los padres y madres varía de acuerdo con la edad de sus hijos/as. A medida en que las personas crecen, el rol de los adultos debe adaptarse a los cambios que ellos van experimentando. En el caso de los adolescentes contrario a lo que se cree, ellos también requieren de una presencia constante y afectiva por parte de los adultos responsables. En la medida en que los padres y madres estén presentes afectivamente, los adolescentes se sentirán acompañados en su proceso de crecimiento físico y emocional. Para fortalecer el desarrollo integral de los adolescentes como padre o madre es recomendable:

Ofrecer amor y conexión

Pese a la independencia emocional que los adolescentes transmiten, es necesario la constante demostración de afecto y de seguridad.

Aunque en algunos momentos puede ser que no estén de acuerdo en ciertos temas, es importante que demostrar constantemente amor, respeto y reconocimiento a sus habilidades y potencial. Que las personas menores de edad sientan cariño, es esencial para favorecer la construcción de su autoestima positiva.

Supervisar y observar

Es fundamental estar atento a los cambios y las necesidades de los hijos y/e hijas, así como también; a las actividades en que se involucran e interesan (escolares, recreativas, etc).

Conocer los amigos y espacios en que ellos se desenvuelven, es fundamental para demostrarles protección y preocupación por su bienestar. Igualmente, de esta forma es más sencillo reconocer señales de alerta, sobre conductas y actividades de riesgo que puedan afectar su bienestar.

Guiar y limitar

Como adulto responsable de personas menores de edad, es necesario que a lo interno de tu hogar establecer normas claras y acordes con la edad. Así mismo, es necesario comunicar las consecuencias de su incumplimiento y en caso de que no sean acatadas, cumplir con las consecuencias previamente establecidas.

Los límites deben ser reales, flexibles y proporcionales, de acuerdo a la conducta ejecutada y la edad de tu hijo o hija y siempre deben basarse en una relación de respeto. La presencia de límites en el hogar favorece la autonomía y el desenvolvimiento de los adolescentes en el entorno familiar, escolar y social.

Ser ejemplo

Los adolescentes también aprenden por modelación, de ahí que sea muy importante que como adultos tener presente que nuestra forma de actuar es una base esencial a la hora de que los adolescentes toman decisiones en cuanto a metas, valores, forma en que se relacionan con los demás, etc. La influencia en ellos, se transmite a través de las acciones y las afirmaciones.

Proveer y ayudar

Como padre, madre o encargado, es importante favorecer un ambiente familiar acogedor que permita la satisfacción de las necesidades básicas de los adolescentes (afecto, techo, comida, vestido, salud) en aras de promover su desarrollo integral.

Igualmente, es necesario identificar todos aquellos recursos comunales e institucionales que puedan brindar apoyo para cumplir plenamente el rol de encargado de un adolescente. También, se pueden identificar aquellos espacios que pueden favorecer el desarrollo de las personas menores, por ejemplo: grupos artísticos, recreativos, deportivos, etcétera. Su participación en estos espacios es una buena alternativa para promover sus habilidades personales y sociales.

¿Puedo ser amigo/a de mis hijos/as?

Es común que algunos padres y madres, tengan la inquietud acerca de si pueden o no ser amigos/as de sus hijos/as. En muchos casos, esta pregunta parte de la necesidad de tener una relación afectiva más cercana, una mejor comunicación y estar enterados acerca de sus actividades, gustos y preferencias.

Si bien todas estas necesidades son totalmente válidas, lo cierto es que también es posible satisfacer las mismas desde un rol de padre o madre y como figura de autoridad responsable de la crianza de los hijos. En ocasiones, algunos padres o madres, suelen olvidar su verdadero rol familiar y en consecuencia no facilitan el desarrollo integral de sus hijos, sea porque pierden autoridad, porque los incitan a asumir conductas de riesgo, entre otras.

La conexión afectiva con los hijos/as es fundamental, pero la misma es posible desde el rol de adulto responsable.

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