En la actualidad las estrategias publicitarias de las empresas dedicadas a la comercialización de bebidas con contenido alcohólico se direccionan hacia los medios de comunicación masiva que consumen los adolescentes, teniendo en cuenta que los adolescentes y/o jóvenes consumidores de hoy serán los futuros adultos consumidores.
Las bebidas alcohólicas aparecen asociadas al éxito social, a la diversión, a los buenos momentos; por ejemplo, es común observar publicidad en la que relaciona al vino con momentos llenos de romanticismo, el deporte, la diversión y una salida de amigos con consumo de cerveza y/o licor.
Existen numerosos estudios científicos que evidencian que una de las poblaciones más afectadas por el mercadeo, publicidad y patrocinio de bebidas con contenido alcohólico son los adolescentes, porque en ellos el consumo de alcohol muestra tres vulnerabilidades distintivas: la impulsividad; la autoconciencia y la duda de sí mismo, esta influencia se intensifica debido a que la publicidad de bebidas alcohólicas incorpora elementos atractivos para los jóvenes, como humor, música de moda, aspectos tecnológicos innovadores, elementos de fiesta, relaciones equivocadas entre pasarla bien y consumo de bebidas alcohólicas, entre otras, lo que refuerza la hipótesis de que la exposición a la publicidad del alcohol y las reacciones afectivas a los anuncios en televisión influyen en el consumo de alcohol.
Paula Picado, coordinadora de Casa JAGUAR Centro de Atención en Drogas para Personas Menores de Edad de IAFA, indica “es sumamente importante reflexionar sobre la influencia que implica los patrones de crianza en las personas y especialmente en las personas menores de edad, es esencial que los padres determinen y analicen sobre la calidad del tiempo que se le dedica a cada hijo, las conversaciones reflexivas que mantiene y que fomentan el pensamiento crítico, que le permita aprender a discernir cuando es una necesidad adquirir o no una conducta, cuestionarse por ejemplo si esta es congruente con mi esquema de valores o si es atinente a lo que visualizo a futuro como persona, pero para que esto se pueda construir, también requiere de un modelaje y esto implica un esfuerzo en los padres en identificar qué aspectos de “mí” se replican en el comportamiento de sus hijos a mayor o menor escala. Por tanto, la manera en que se puede contrarrestar la influencia de los medios, es ante un pensamiento crítico y la instauración de hábitos saludables”
Los resultados de los estudios internacionales recientes relacionados con los efectos de la comercialización del alcohol demuestran que:
Aunque la edad legal para poder beber alcohol es 18 años, la realidad demuestra que cada vez los chicos comienzan a tomar alcohol antes de cumplirlos; el inicio del consumo de alcohol y el desarrollo de patrones de consumo problemático es un fenómeno exclusivo de la adolescencia; los adolescentes que inician el consumo a los 13 años tienen 6 veces más probabilidades de desarrollar problemas con el consumo y conducir luego bajo los efectos del alcohol.
De todas las drogas de comercialización lícita e ilícita, el alcohol es la que más se consume, y a medida que aumenta la edad, los tomadores jóvenes consumen cada vez más y la realidad es que no hay conciencia acerca de los riesgos a los que se pueden enfrentar.
El exceso en el consumo de alcohol está generalizado, siendo los jóvenes el público meta más importante y siendo sus gustos los que marcan el ritmo y las tendencias del mercado.
Respecto a la atención que se brinda en IAFA, en el último quinquenio se tiene constancia que al menos el 90% de los menores refirió consumo de alcohol, lo que indudablemente deja de manifiesto la fácil adquisición a esta droga.
Según una encuesta realizada en IAFA acerca de los patrones de consumo de drogas en Costa Rica, se percibe que el alcohol, desde el año 2000 presentaba una disminución paulatina de niveles de prevalencia en consumo, cuyo punto más bajo fue el año 2010 (20,5%); no obstante, se percibe un aumento importante en el total de consumidores, ubicando la cifra en un 27,9%, mucho mayor a la que se presentó en el año 1990, considerando además la existencia de una mayor densidad poblacional en un periodo de 25 años.
Las estimaciones por grupo de edad, en el último quinquenio, presentan un aumento en el consumo del año 2010 al 2015 en la mayor parte de grupos de edad, debido entre otras cosas, a una disminución en los controles de publicidad relacionada con los productos de bebidas alcohólicas, así como a una mayor variedad y disponibilidad de productos.
IAFA pone a disposición los servicios Casa JAGUAR, centro especializado en la atención de personas menores en consumo de sustancias psicoactivas y en condición de vulnerabilidad; para poder recibir atención la persona menor de edad debe asistir acompañado por el padre de familia y/o encargado, en primera instancia se realizará una valoración en la que el médico definirá el tratamiento que mejor se ajusta a la situación de la persona menor de edad, ya sea un programa ambulatorio, residencial, valoración por psiquiatría o la derivación a una Organización No Gubernamental (ONG).
Adicionalmente las personas menores de edad que residen lejos de las instalaciones de Casa JAGUAR ubicada en San Pedro de Montes de Oca, pueden acudir a cualquier de los catorce Centros de Atención Integral en Drogas distribuidos a lo largo del territorio nacional; la atención se está brindando con normalidad y respetando los protocolos establecidos por las autoridades correspondientes para la prevención del COVID-19.
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