No, el consumo de drogas (sustancias psicoactivas) como el alcohol y otros no causa la violencia. El consumo de sustancias psicoactivas es más bien, un detonante, ya que cuando la persona consume se pueden desinhibir y la violencia se exacerba.
Una de las principales características de las drogas es su capacidad psicoactiva, lo cual alude a la facultad de éstas, de llegar al cerebro y modificar su funcionamiento habitual, en muchos casos, desinhibe y altera el funcionamiento del sistema nervioso central, potenciando las características agresivas de la persona que las consume.
De esta manera, la relación que existe entre el consumo de sustancias psicoactivas y la violencia intra-familiar, se debe a que ambos son problemas de salud pública dada la frecuencia con que ocurre y las repercusiones, mismas que inciden de manera negativa en la calidad de vida de las personas, por los efectos en la salud física y mental de quien la sufre.
Diferentes estudios apuntan a que los eventos de violencia intrafamiliar ocurren aún en ausencia del uso de sustancias, coincidiendo, en que las causas deben enfocarse en otra dirección.
Debemos de tener claro que la violencia contra las mujeres inicia en la socialización y las enseñanzas que recibimos desde niños, en estructuras como la familia, la religión, el grupo de pares, etc. En muchos de estos espacios, se aprende, de forma equivocada, un comportamiento y un rol diferenciado entre hombres y mujeres.
Desde la infancia, se aprende observando el comportamiento de las figuras parentales, si un niño tiene como modelo una figura paterna, que es agresivo y que la forma en que resuelve sus frustraciones es a través de gritos y maltratos, es muy probable que, al crecer imite tal conducta y termine convirtiéndose en un agresor, mientras que, una niña que crece en este mismo ambiente, tiende a reproducir su rol femenino, es decir de víctima y sumisión.
En este sentido, en el seno de la cada familia, durante años, se han reproducido y reforzado conductas de discriminación hacia las mujeres, comportamientos que en ocasiones se ha potenciado a su máxima expresión, cuando suceden episodios de agresión física o psicológica, que se han visto como “normales”, a través del tiempo, algunos ejemplos de ello; está en asignar tareas domésticas sólo a hijas y no a los hijos varones, restringir o no, las salidas del hogar de los hombres, a diferencia de las mujeres, durante la adolescencia y o juventud.
Entonces, cuando existe un antecedente de conducta violenta o bien, cuando la persona cree que la violencia es un medio válido para resolver “situaciones difíciles”, el consumo de drogas, podría detonar una respuesta violenta contra personas o causar daños a bienes privados. Esto sucede cuando una persona crece en un ambiente donde se ven como normales las conductas violentas.
Los factores de riesgo, son aquellos elementos que hacen que la persona tenga mayor vulnerabilidad que otras a que se presente una situación, en este caso un episodio de violencia. Algunos de los factores de riesgo para la violencia, según la Organización Mundial de la Salud son:
Las desigualdades entre hombres y mujeres y la aceptación de la violencia contra la mujer son la causa principal de la violencia ejercida contra estas.
En Costa Rica, existen instituciones que atienden este tipo de episodios de forma coordinada. Es importante que si usted tiene dudas o piensa que requiere ayuda, consulte llamando al 911 y será referido a la institución más adecuada para su caso.
Si una persona tiene alguna situación de consumo de sustancias, como alcohol y otras drogas, y cree que necesita orientación, puede buscar el Centro de Atención Integral en Drogas de IAFA que le resulte mas conveniente en este link.
Violencia contra la mujer. (2017, 29 septiembre). OMS. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/violence-against-women
¿Fue útil esta página?