La reducción de riesgos y daños se trata de un enfoque pragmático y humanitario respetuoso con los principios de salud pública y de derechos humanos, que consideran a toda la población como personas de derecho y destinatarias de políticas de salud, indistintamente de si consumen o no drogas, buscando evitar estigmatizar su condición de consumo de drogas, sean estas lícitas o ilícitas.