Por estar presente la nicotina en el tabaco, en el líquido que contienen los vaporizadores o cigarrillos electrónicos y en otros productos similares, la persona consumidora desarrolla una fuerte dependencia hacia ellos. La nicotina modifica el funcionamiento cerebral y lo hace químicamente dependiente a ella, es por eso que cuesta tanto abandonar el consumo pues siempre habrá una necesidad de fumar o aspirar vapores.
Además de esa dependencia física, también se crea una dependencia psicológica y social porque la persona aprende a relacionar y a disfrutar de todas las actividades que realiza con el acto de consumir cualquiera de esos productos.
Sin embargo, si se hace una pausa en el camino, se analiza lo que se ha dejado de obtener por estar concentrado en el consumo y se visualizan los beneficios a futuro de abandonarlo, es posible romper con esa dependencia.
Esa clara conciencia, una fuerte motivación para romper con esa dependencia y una adecuada orientación profesional, serán suficientes para lograr un cambio de vida.
Recordá que existe ayuda profesional que te orientará y apoyará para hacer posible ese cambio tan necesario.
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