Como padre o madre, no tenés que saber siempre qué hacer
Es usual sentirse abrumado por la responsabilidad que implica ser padre, madre o encargado de la crianza de personas menores de edad. No existe un manual que indique el paso a paso para saber cómo actuar ante las diferentes situaciones que se presentan día a día. El proceso de enseñanza de las personas menores de edad suele ser una montaña rusa de emociones donde la alegría e incluso el cansancio están presentes.
Como responsable de personas adolescentes, no hay que buscar la perfección. Es normal que en algunas ocasiones tengamos dudas sobre cómo actuar o sintamos que necesitamos apoyo u orientación para saber cómo enfrentar aquellas situaciones que sentimos que no podemos manejar.
Buscar apoyo para mejorar o replantear la forma en que hemos guiado a nuestros hijos es una demostración de afecto, protección y conexión. Apoyarse en profesionales de diferentes campos que nos asesoren sobre las mejores estrategias para enfrentar situaciones conflictivas o para promover las habilidades de nuestros hijos es la forma más saludable de continuar en nuestro rol de padre o madre.
Tenemos que recordar que no hay que saberlo todo y que, en el proceso de crianza de tus hijos, ambas partes van aprendiendo juntas. Ellos van desarrollando las habilidades que les permiten enfrentar los retos de la vida cotidiana y en nuestro caso, como padre, madre o responsable, en ese caminar juntos, aprendemos sobre las mejores estrategias para desarrollar el proceso de crianza.
No tenemos que olvidar que es importante invertir en nuestro bienestar físico y mental. En la medida en que estemos bien, tendremos mayores posibilidades de apoyar a nuestros hijos en su camino.