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Autocuidado como persona encargada de adolescentes

Como padre o madre, no tenés que saber siempre qué hacer

Es usual sentirse abrumado por la responsabilidad que implica ser padre, madre o encargado de la crianza de personas menores de edad. No existe un manual que indique el paso a paso para saber cómo actuar ante las diferentes situaciones que se presentan día a día. El proceso de enseñanza de las personas menores de edad suele ser una montaña rusa de emociones donde la alegría e incluso el cansancio están presentes.

Como responsable de personas adolescentes, no hay que buscar la perfección. Es normal que en algunas ocasiones tengamos dudas sobre cómo actuar o sintamos que necesitamos apoyo u orientación para saber cómo enfrentar aquellas situaciones que sentimos que no podemos manejar.

Buscar apoyo para mejorar o replantear la forma en que hemos guiado a nuestros hijos es una demostración de afecto, protección y conexión. Apoyarse en profesionales de diferentes campos que nos asesoren sobre las mejores estrategias para enfrentar situaciones conflictivas o para promover las habilidades de nuestros hijos es la forma más saludable de continuar en nuestro rol de padre o madre.
Tenemos que recordar que no hay que saberlo todo y que, en el proceso de crianza de tus hijos, ambas partes van aprendiendo juntas. Ellos van desarrollando las habilidades que les permiten enfrentar los retos de la vida cotidiana y en nuestro caso, como padre, madre o responsable, en ese caminar juntos, aprendemos sobre las mejores estrategias para desarrollar el proceso de crianza.

No tenemos que olvidar que es importante invertir en nuestro bienestar físico y mental. En la medida en que estemos bien, tendremos mayores posibilidades de apoyar a nuestros hijos en su camino.

Hijos e hijas adolescentes, cuidate para cuidarlos

¿Han pensado últimamente cuándo fue la última vez que hicieron algo por ustedes? Como padres, madres o encargados de adolescentes, puede ser que esta pregunta nos parezca un poco extraña o que nuestra respuesta inmediata sea que las tareas asociadas al proceso de crianza de nuestros hijos a veces nos sobrepasan y que no tenemos tiempo para nosotros.

Al dividir nuestro tiempo para atender a nuestros hijos, cumplir con las tareas domésticas y con nuestro trabajo fuera del hogar, es esperable que nos sintamos agotados y que en consecuencia la satisfacción de nuestras necesidades quede de lado.

Es común que socialmente tengamos presión por dar prioridad a la satisfacción de las necesidades de las personas menores de edad, lo cual es muy importante. Sin embargo, no quiere decir con esto que tengamos que dejar de lado nuestro autocuidado. Así como diariamente estamos pendientes de satisfacer las necesidades de nuestros hijos, es importante que no olvidemos cuidarnos a nosotros mismos.

Al cuidarnos y prestar atención a nuestras necesidades (físicas, emocionales, espirituales y sociales) mejoramos nuestro bienestar físico y mental y tenemos mayores recursos para cumplir con todas nuestras responsabilidades.

Puede ser que en este momento sintamos que el tiempo no nos alcanza y que es muy difícil encontrar espacio para cuidar de nosotros mismos, sin embargo; si logramos organizarnos bien es posible que lo logremos. Recuerden que cuidarse también debe ser su prioridad.

A continuación, les brindamos algunas sugerencias que pueden ayudar a ejercer autocuidado.

  • Prestemos atención a nuestras emociones: no debemos pasar por alto cómo nos sentimos cada día. No esperemos a estar sobrecargados. Recuerden que nuestro cuerpo siempre nos envía señales a las que debemos prestar atención. Si nos sentimos bien, nuestros hijos estarán bien.
  • Busquemos apoyo: cuando lo sintamos necesario, debemos buscar apoyo en familiares o personas de confianza para que nos ayuden en las tareas de cuidado de nuestros hijos.
  • Tiempo diario: Es importante conversar en familia y acordar un espacio para que podamos relajarnos. Recuérdenles que, durante esos minutos, es importante que no nos interrumpan y que respeten nuestro espacio. Es importante que nuestra familia sepa que también requerimos tiempo para nosotros mismos.
  • Pasemos tiempo con nuestra pareja o amigos: es importante organizarnos y pasar tiempo a solas con nuestra pareja o amigos. Es importante que podamos compartir con personas adultas, sin tener que estar pendientes del cuidado de nuestros hijos.
  • Cuidemos nuestra salud física: Estemos conscientes de nuestra alimentación, por ejemplo, al utilizar opciones saludables y evitar saltarse comidas. También, al realizar alguna actividad física que nos ayude a liberar estrés.

Recuerden que en la medida en que se sientan bien, sus hijos estarán bien. Al cuidarse, también les enseñamos a la importancia de cuidarse y prestar atención a sus necesidades.

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